Argentina
Embajadas en venta y achiques para bajar el déficit fiscal
12/01/2018. Palacio Argüeso, la residencia del embajador argentino en Madrid, lidera la lista de las propiedades en venta. (Clarín)
Ricardo Piglia supo escribir que Juan Manuel de Rosas reconocía en qué estancia estaba por el sabor de sus pastos. En las grandes capitales, los círculos diplomáticos no necesitan saborear nada para reconocer las residencias de los embajadores argentinos. Se distinguen por su opulencia. Pero en el arranque de este año, así como hubo un punto de quiebre con la política económica, la austeridad se promociona como la medicina para domar el déficit fiscal y la inflación. Símbolo de tiempos lejanos, el Palacio Argüeso en Madrid (residencia del embajador argentino) lidera la lista de las propiedades que se pusieron en venta. El lugar, del siglo XIX, es célebre por una magnífica pintura del español Joaquín Sorolla. Pero además, cuenta con un vecino famosísimo en el barrio: nada menos que el actor Richard Gere.
También titilan en ese listado “en venta”, las sedes diplomáticas en Paraguay, Brasilia, Colombia y hasta Washington, donde se contabiliza una propiedad alquilada a un banco en la avenida Pensilvania. Fue tasada en US$ 20 millones. Comparado con el rojo de las cuentas públicas, los montos a obtener parecen insignificantes. Todo suma, repiten funcionarios mostrando cómo ajustarán ante empresarios que plantean que para combatir la inflación hay que bajar el déficit.
Mucho de eso le sugirió a Federico Sturzenegger, en una de sus visitas al país, el economista Guillermo Calvo. “Federico, con la tasa de interés sola no vas a bajar la inflación”, le dijo con su voz a veces inaudible. Distinto fue el imperativo que empleó el vice jefe de Gabinete Mario Quintana: “Con ese tono acá no”, disparó a Demian Reidel, el físico del Balseiro que Sturzenegger puso a conducir la salida del cepo. Reidel se aferraba a la idea de no modificar las metas. La reunión trascendió al círculo rojo y es lo que originó, la semana pasada, la catarata de versiones sobre una posible salida de Sturzenegger, ahora muy firme en su puesto. Desde ese incidente, Gustavo Lopetegui, el otro brazo de Marcos Peña, tomó protagonismo en el tema.
Esos cortocircuitos parecen no incidir. Andrés Hatum, profesor de la Di Tella, lo atribuye a un “gabinete profesional que maneja los daños y a un Presidente que sabe cuándo exponerse”. Alejandro Catterberg, director de Poliarquía, apunta que pese a la pérdida en la imagen presidencial, el Gobierno encara esta segunda etapa “mejor parado frente a un peronismo débil y con poco poder de fuego en la opinión pública”.
Fuente de la Información: Clarín