Argentina
Sacerdote recorrerá 4.500 kms. en homenaje al Cura Brochero
16/01/2018. Travesía de cuatro meses para unir Tierra del Fuego con Jujuy en mula.
Jorge Rearte es sacerdote en Villa Allende. Devoto del flamante santo, ha hecho diversas travesías para divulgar su obra. Ahora está uniendo los dos extremos del país: de Tierra del Fuego a Jujuy, en cuatro meses.
Seis jinetes a lomo de mula son parte de la patriada que comenzó a fines de diciembre pasado desde “el fin del mundo” y quiere llegar en abril al norte argentino, recorriendo 11 provincias, de Ushuaia a Humahuaca. Una figura tallada en madera del Brochero en mula acompaña la misión. Cuando llegue a destino, esa pequeña esfinge quedará depositada en la catedral de Humahuaca.
El sacerdote que encabeza el proyecto Jorge Rearte, cordobés nacido en Villa Dolores y radicado en Villa Allende, es conocido por sus misiones: lleva otras seis travesías en sus alforjas. La más larga hasta ahora había sido de Río Negro a Traslasierra. En esta séptima misión serán 4.500 los kilómetros de recorrido llevando la imagen del religioso transerrano.
Las mulas son su transporte, aunque los tramos de mayor extensión son cubiertos en vehículos. Si no, el viaje tomaría mucho más que los cuatro meses previstos.
“Comencé a conocer la obra de Brochero a través de mis padres y mis tíos, que me llevaban a su santuario. Me sorprendían sus historias, su museo, sus fotos. Después me enteré de que la misa de las bodas de oro de mis bisabuelos la ofició el cura. Había una relación”, dijo Rearte desde el extremo sur, en un alto en el camino.
En la parada de Río Gallegos fueron recibidos por el obispo y por otro cura cordobés, el villamariense Fabián Gilli, quien está destinado a un templo de esa ciudad patagónica.
Cuando volvió de su primer destino en Buenos Aires a la provincia de Córdoba, Rearte empezó a recorrer las Sierras, en plan de descansar de la vorágine del conurbano. Fue en esos viajes cuando conoció la huella que José Gabriel Brochero había dejado hace un siglo en la gente.
Como algunas tradiciones habían perdido peso, empezó a proponer retiros, a los que cada vez asistía más gente. Después de unos años, entendió que había llegado la hora de hacer un pequeño sacrificio más.
“Me habían regalado un mulo para recorrer las Sierras. Y un día propuse una misión para sacar la devoción por Brochero hacia otras provincias”, recuerda.
En 2004, la primera incursión fue desde Traslasierra hasta Catamarca. Luego le siguieron otras a Luján, Río Negro, Salta, La Rioja y Misiones. Cada nuevo objetivo sonaba en principio imposible, pero se fueron cumpliendo.
Los peregrinos no son siempre los mismos, salvo el padre Rearte, que está en todas.
“Hay que estar preparado. Esto es una cuestión de fe. Andar se vuelve aburrido, es cansador, y en este caso son cuatro meses. Esto no es para cualquiera. Hay que estar preparados”, remarca el sacerdote, que algo sabe de esto.
En todo viaje grupal largo suele haber crisis. Pero con el diálogo buscan superar los problemas. “La ofrenda que hacemos a Brochero es peregrinar bien. Si vamos con disgusto, no sirve para nada”, aclara Rearte.