Por Profesional, desde el Equipo Interdisciplinario de la Asesoría de Incapaces de Cafayate brindaron algunos consejos para abordar esta problemática.
El abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes es considerado como una de las peores formas de violencia infantil: causa profundos y dañinos efectos en su presente y desarrollo futuro.
En ese marco Leila Paz, psicóloga del Equipo Interdisciplinario de la Asesoría de Incapaces de Cafayate, sostuvo que se trata de un tema difícil de abordar y muchos padres no saben por dónde empezar.
Por Profesional, la licenciada manifestó que es sumamente importante generar instancias educativas con nuestros hijos respecto a estos temas, para prevenir y desarrollar canales de comunicación claros.
Sobre todo, sostuvo que tenemos que acompañar, explicar y hacer comprensible lo inadecuado de esta experiencia. Es importante hacer un trabajo previo de poder conversar al respecto para poder prevenir y que los niños sepan poner límites cuando se sienten incómodos con el trato de un adulto.
Idealmente, esta educación debe comenzar desde pequeños, cuando ya se empieza a entablar una comunicación más directa o cuando empiezan a desarrollar el lenguaje. Paz señaló que lo recomendable es siempre hablar acerca de sus partes íntimas por su nombre, ya sea vagina, pene, etc y no recurrir a palabras más “bonitas” o más “delicadas”. Lo importante es la claridad.
Asimismo, recomendó la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI) desde el nivel inicial para darles herramientas a los más chicos, complementarias a las charlas que ya se realizan en el hogar.
En ese contexto, la licenciara recalcó que el abuso sexual provoca siempre un trauma y marca fuertemente la existencia futura de la víctima. Las consecuencias dependen de varios factores: la edad de la víctima, la relación existente entre los sujetos involucrados, la frecuencia, la duración. Numerosos estudios demuestran que los niños sufren graves trastornos en el desarrollo del comportamiento, de la personalidad, de la sexualidad, y que denotan dificultades para establecer relaciones de confianza con el próximo. El espectro de las consecuencias es mucho más amplio.
Por ello, instó a los padres a estar atentos ante posibles cambios en la conducta, en el rendimiento escolar, entre otros aspectos para poder abordar una pronta solución y ayudar al niño o niña que podría estar siendo víctima de un abuso que, dato no menor, la mayoría de los casos ocurre en un ambiente intrafamiliar.
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