La oposición necesita dos tercios de los presentes para insistir con el proyecto original. La Casa Rosada ya logró que un puñado de legisladores cambien de posición. Los bloques provinciales juegan al misterio hasta último momento.
Javier Milei se encamina a lograr una victoria política hoy en la Cámara de Diputados tras haber asegurado los votos suficientes para blindar el veto a la nueva fórmula jubilatoria. Los sectores dialoguistas, que la semana pasada convocaron a esta sesión para insistir con el proyecto original confiados en que podían repetir la mayoría especial de dos tercios de los presentes, finalmente sufrieron bajas resonantes. Algunos cambiaron de posición por considerar que obtienen mayor rédito político si se acercan a los libertarios, otros por presión directa de gobernadores que negocian en forma constante recursos con la Casa Rosada.
Por otro lado, el radical entrerriano Pedro Galimberti renunció a su banca un día antes de la sesión para asumir en la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande y será reemplazado por Nancy Ballejos, del PRO. El golpe es doble porque el bloque pierde un integrante y además entrega un voto clave para asegurar el veto.
Martín Menem y los libertarios aseguran contar con 88 votos y solo necesitan 85 para defender el veto presidencial. Son 37 diputados del PRO, más 37 libertarios, 3 del MID, 2 de Buenos Aires Libre, 1 de FE (el flamante monobloque de Lourdes Arrieta), 1 de CREO y 2 de Producción y Trabajo, más algunos radicales y federales.
La ley sancionada hace apenas tres semanas establece una actualización por IPC de las jubilaciones más un plus de 8,1% retroactivo a enero. También incluye el pago de las deudas de las cajas previsionales provinciales -13 distritos no transfirieron a Nación-, el desembolso de todos los juicios previsionales con sentencia firme y un aumento anual adicional en marzo según la diferencia entre el índice Ripte y el IPC. Incluso antes de ser aprobada, el propio Milei había adelantado que la vetaría porque implica un costo fiscal de 1,2 puntos del PBI que arruinaría el superávit fiscal, base de su programa económico.
Fuente: Infobae