El hombre de 23 años fue condenado a 10 años de prisión efectiva por el delito de abuso sexual simple.
Este jueves, un hombre de 23 años de edad fue condenado a 19 años de prisión efectiva por el delito de abuso sexual simple, tras ser denunciado por una mujer en representación de su hija menor, que al momento de los hechos tenía 13 años en contra del esposo de su hermana.
La mujer relató que, estando en la casa de su madre, llamaron a la puerta y cuando la menor acudió y se encontró con el acusado, le bajo la presión y entró en crisis nerviosa. Llorando le pedía que la lleve de ahí.
Cuando pudieron hablar, la adolescente le contó que el año anterior el hombre aprovechó que se encontraba sola en el domicilio donde cuidaba de la hija del acusado, para abusarla sexualmente pese a negarse y oponer resistencia. El hecho sucedió estando ella en silla de ruedas luego de ser operada de una fractura en una pierna a raíz de un accidente.
La mujer relató que había observado cambios en la conducta de la menor que le llamaban la atención como, el hecho de llevarse cuchillos y herramientas como martillo o hacha a su habitación justificándolo al decir que quería protegerse por si entraba un ladrón a la casa. Además modificó su vestimenta por ropa holgada manifestando que quería ser un varón.
La menor también relató que el acusado le ofrecía dinero a cambio de estar con él, la intentaba besar en la boca, le bajaba los pantalones y la sometía a tocamientos. Su abuela vio algunas cosas, y su tía decía que había que dejarlos porque estaban jugando.
Es de resaltar el informe psicológico del CIF que destaca respecto a la menor, que ‘’se infiere un monto de angustia que la invade’’ percibe su esquema corporal como roto e incompleto, las vivencias en relación al mismo surgen de sentirse profundamente dañada y lastimada, indicadores que reviven a sus vivencias en el área de la sexualidad que se inscribieron como traumáticas. Todo lo expuesto le genera un estado de ánimo depresivo que obstaculiza su capacidad de resolución de conflictos y la ubica en una posición de vulnerabilidad y riesgo’’.
En ese mismo año un hombre radico denuncia en representación de su hija de 12 años, relatando que el acusado aprovechando una reunión familiar, ingreso a la habitación de su hija (prima de la anterior) pese a que ella le pidió que se retirara y la besó en la boca. Que intento quitarle el pantalón pero ella lo empujo, y que le ofreció dinero mientras la sometía a tocamientos. En ese momento ingreso la pareja del acusado y este se retiro. La menor le contó lo sucedido.
Durante el juicio el fiscal Rodrigo González Miralpeix, destaco el coherente testimonio de las dos víctimas menores, y aportó las pruebas recolectadas durante el proceso de investigación donde queda comprobado que el ahora condenado valiéndose de su superioridad física, de la diferencia de edad existente, perpetro serios acometimientos en contra de las menores vulnerado su libertad, dignidad, e integridad sexual, en pleno dominio de sus actos.
El juez Javier Aranibar, dispuso además de la condena, la extracción de material genético del condenado, por parte del Servicio de Biología Molecular del Departamento Técnico del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), previa asignación del Dato Único de Identificación Genética (DUIG), para su incorporación en el Banco de Datos Genéticos.