El dirigente campesino Humberto Claros afirmó que las bases y organizaciones no aceptan “ningún cuarto intermedio” y que el conflicto se intensificará con “mayor fuerza y contundencia”.
Lo esencial: la crisis política en Bolivia escaló tras 19 días de bloqueos liderados por sectores afines a Evo Morales. A pesar del pedido de Morales para hacer una pausa y evitar enfrentamientos, dirigentes como Humberto Claros afirman que las protestas seguirán “con mayor fuerza”. El gobierno de Luis Arce respondió con un operativo para despejar las rutas, aumentando las acusaciones de represión por parte de los manifestantes. Morales, enfrentado con Arce desde 2021, ha iniciado una huelga de hambre exigiendo diálogo y soluciones para sus seguidores.
Los sectores leales al ex presidente boliviano Evo Morales (2006-2019) anunciaron este viernes que continuarán con los bloqueos de carreteras, que ya llevan más de 19 días, ignorando la sugerencia del propio Morales de hacer una pausa para evitar más violencia.
En declaraciones a la radio Kawsachun Coca, el dirigente campesino Humberto Claros afirmó que las bases y organizaciones no aceptan “ningún cuarto intermedio”.
“El bloqueo nacional de caminos persiste y se intensificará con mayor fuerza y contundencia”, aseguró Claros.
El conflicto se ha intensificado después de un operativo conjunto de la policía y las fuerzas armadas ordenado por el presidente Luis Arce, para despejar la carretera que conecta la región de Cochabamba con el oeste de Bolivia.
Este acto fue calificado de “criminal” y “dictador” por los seguidores de Morales, quienes acusaron al gobierno de reprimir a los manifestantes.
Morales, por su parte, ha decidido iniciar una huelga de hambre en el Trópico de Cochabamba, su bastión político, como forma de presión para forzar al Ejecutivo a dialogar sobre las demandas de sus sectores.
“Que nadie se atreva ahora a culparle al hermano Evo por las movilizaciones futuras que van a persistir en el bloqueo nacional indefinido de caminos”, subrayó Claros.
El operativo de desalojo logró despejar algunos tramos importantes, pero las rutas hacia el departamento de Santa Cruz, el motor económico del país, permanecen bloqueadas, exacerbando problemas como el desabastecimiento de combustibles y la inflación.
El propio Morales pidió a sus seguidores analizar la posibilidad de un “cuarto intermedio” en los bloqueos, argumentando que sugiere la pausa para “evitar hechos de sangre”.
Sin embargo, también criticó al gobierno de Arce por no atender las demandas económicas y políticas de los sectores leales al Movimiento al Socialismo (MAS).
“No es sencillo escuchar permanentemente que algunos digan que es un bloqueo del Evo o del ‘evismo’”, expresó Morales, quien aseguró haber intentado en varias ocasiones persuadir a sus seguidores de no recurrir a estas medidas extremas.
Evo Morales enfrenta graves acusaciones judiciales
Mientras se mantiene la tensión en las calles, Morales se enfrenta a procesos judiciales por acusaciones de trata de personas y estupro. Desde el Trópico de Cochabamba, se ha atrincherado en espera de una posible orden de captura.
Sus seguidores exigen no solo el retiro de estos cargos, sino también una solución inmediata a la crisis económica que afecta al país y el respaldo a su candidatura presidencial para las elecciones de 2025.
El contexto político en Bolivia ha sido marcado por la fractura dentro del oficialismo. Luis Arce y Evo Morales están enfrentados desde 2021, principalmente por diferencias en la administración del Estado y la pugna por el liderazgo dentro del MAS.
Estas tensiones se han intensificado a medida que se acerca la renovación de la directiva nacional del partido y la designación del candidato oficialista para los próximos comicios.
Graves consecuencias económicas y denuncias de violencia armada
Las consecuencias económicas de los bloqueos son alarmantes. Las autoridades calculan pérdidas que superan los 1.700 millones de dólares, lo que ha agravado el desabastecimiento y la inflación.
La situación se ha vuelto aún más crítica con las denuncias de Luis Arce sobre ataques armados en instalaciones militares.
“Grupos armados afines a Evo Morales tomaron por asalto tres unidades militares, incluidos los lugares donde se guarda armamento, y retienen como rehenes a militares y a sus familias, amenazando sus vidas”, declaró el presidente Arce.
Mientras Bolivia atraviesa este período de conflicto, las demandas de los sectores de Morales y la firmeza del gobierno de Arce dejan poco margen para una solución rápida.
La lucha por el control político y el futuro del país sigue siendo incierta, con un oficialismo dividido y una población afectada por la inestabilidad y las dificultades económicas.
Fuente: Infobae
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