El magnate republicano se impuso en Georgia, Carolina del Norte y Pennsylvania, y tiene ventaja en Michigan y Wisconsin, estados definitorios. Antes de llegar a los 270 electores necesarios para asegurarse la victoria, habló ante sus seguidores: “Estados Unidos nos ha dado un poderoso mandato”.
Estados Unidos consagraba esta madrugada a Donald Trump a otros cuatro años en la Casa Blanca, en un conteo que aún no había terminado, pero que mostraba al magnate al borde de la victoria total, con triunfos en los estados clave sobre su rival Kamala Harris. “Estados Unidos nos ha dado un poderoso mandato, sin precedentes”, festejó el republicano ante sus seguidores y resaltó que también habían retomado el control del Senado.
En una jornada electrizante, que fue seguida por millones de personas en Estados Unidos y el mundo, Trump ganó por dos puntos en Georgia, cuatro en Carolina del Norte y por tres en la crucial Pennsylvania, mientras se imponía con holgura (entre tres y cinco puntos) en Michigan y Wisconsin, estados “llave” que estaban muy disputados en las encuestas pero que, aunque el escrutinio no está terminado, parecen inclinarse definitivamente por Trump. En Arizona la carrera estaba más pareja y en Nevada el republicano también se imponía.
Pasada la medianoche, hora de Argentina, The New York Times, que había arrancado sus predicciones con un empate, aseguraba que Trump tenía el 90% de chances de ser elegido presidente, pero aún no se había declarado oficialmente un ganador. Más tarde subió las posibilidades al 95%. Pasadas las 4 de la mañana, Decision Desk HQ y Fox News daban ya como ganador a Trump, que se convertirá el 20 de enero en el presidente número 47 de la historia.
El diario también le asignaba 312 votos electorales a Trump y 226 a Harris. En el sistema electoral estadounidense no importa quién gane el voto popular, sino que llega a la presidencia quien alcance o supere los 270 votos en el colegio electoral.
Cerca de las 3 de la mañana, hora Argentina, la campaña de la vicepresidenta pidió a sus seguidores, que se habían aglutinado en la Universidad Howard de Washington para celebrar un posible triunfo, que se fueran a sus casas porque ella daría un mensaje recién el miércoles, seguramente reconociendo su derrota.
En tanto, miles de simpatizantes festejaban y esperaban a Trump en un centro de Convenciones en Palm Beach, Florida, donde cerca de las 4.30 de la madrugada apareció rodeado de su familia.
“Este es un movimiento como nadie ha visto antes”, dijo en referencia al Make America Great Again (MAGA). “Y ahora vamos a alcanzar un nuevo nivel porque vamos a sanar el país. Vamos a arreglar la Economía, a arreglar las fronteras”, clamó.
“Superamos obstáculos que nadie creía posibles”, dijo y enumeró el triunfo que se consolidaba en varios estados. “Ganamos el voto popular, algo que es genial”, dijo.
“Estados Unidos nos ha dado un poderoso mandato, sin precedentes”, dijo Trump. “Retomamos el control del Senado”, agregó.
Con un mensaje que giró en torno a la economía, que describió como un “desastre”, la lucha contra la inflación y la demonización de los inmigrantes “sin papeles”, Trump logró convencer al electorado y se encamina a derrotar a Harris, que buscaba convertirse en la primera presidenta de la historia. Como en 2016 con Hillary Clinton, Trump volvería a triunfar sobre una mujer, a pesar de que el electorado femenino salió en masa a votar por la candidata.
La prédica de Trump pegó fuerte entre los hombres blancos de clase media y trabajadora que sentía que su nivel de vida ya no estaba como antes. Pero sin dudas también lo votaron muchas mujeres, preocupadas por la economía, y sectores latinos y afroamericanos, según publicó Clarín.
Además, en un golpe letal para la campaña de Harris y el partido, los republicanos tomaron el control del Senado después de recuperar escaños en manos de los demócratas y arrebatarles la mayoría por primera vez en cuatro años.
Las claves
En su recorrida por los estados clave, Clarín se enfrentó con legiones de votantes que se manifestaban disgustados por la marcha del país, por la subida de los precios de los alimentos, aunque la inflación hoy está a niveles históricamente bajos y los salarios habían crecido también a un ritmo similar.
Harris no logró erigirse en agente de cambio y tratar de revertir ese disgusto con un plan convincente. Ella apeló al riesgo para la democracia que significaría un triunfo de Trump y a dejar atrás un país dividido con promesas de un futuro de unidad. Pero los estadounidenses privilegiaron el bolsillo.
El margen que se veía era mucho más amplio a favor de Trump de lo que pronosticaban las encuestas, que preveían una elección muy ajustada. Gana por 3 puntos en los estados del “Sun Belt”, que tradicionalmente votan republicano pero que Joe Biden había ganado en 2020, como Georgia y Carolina del Norte y las primeras cifras de Arizona y Nevada también le eran alentadoras.
Pero también gana por unos 3 puntos en el “Blue Wall”, los estados del “muro azul” que suelen votar demócrata y que esta vez, como en 2016, se inclinan por los demócratas: Michigan, Wisconsin y Pennsylvania, donde los candidatos estuvieron hasta último momento haciendo campaña.
Trump también se impuso en Texas y con comodidad en Florida, mientras que Harris conquistó Virginia y otros bastiones demócratas como New York y su natal California
Trump esperaba los resultados en su mansión de Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida, y se apresta a a dar su discurso de victoria en el Centro de Convenciones de la ciudad, que está repleto de simpatizantes que ya descorchaban champagne.
El magnate está rodeado en su casa de sus más íntimos Elon Musk, Eduardo Bolsonaro y el político británico Nigel Farage, quienes compartieron una cena y siguieron los resultados. Musk, dueño de SpaceX y uno de los más acérrimos simpatizantes del republicano, tuiteó: “Estados Unidos es una nación de constructores. Pronto, vamos a ser libres para construir”.
En un gran esfuerzo final, los candidatos estuvieron en Pennsylvania hasta último momento haciendo campaña el lunes, mientras Trump también sumó Carolina del Norte y Michigan y terminó extenuado a las 2 de la mañana.
Después de votar en un centro de recreación en Palm Beach, cerca de su casa de Mar-a-Lago en Florida, Trump se mostró optimista: “Veo que los conservadores están votando de manera muy poderosa”, dijo. Junto a su esposa Melania, sin corbata, con gorrita MAGA y con voz ronca de tanto trajín, Trump dijo a la prensa: “Me siento muy confiado vamos a ganar por amplio margen hoy”. “Si esto es una elección justa, será el primero en reconocerla”, agregó.
Los seguidores de Kamala Harris, en tanto, esperaron los resultados en Washington en la Universidad de Howard, una casa de estudios históricamente negra donde ella se graduó en Economía y Ciencias Políticas en 1986 y donde los demócratas habían organizado una fiesta para seguir los resultados y celebrar una posible victoria.
“El primer cargo para el que me postulé fue el de representante de la clase de primer año en la Universidad de Howard”, recordó Harris en una de las entrevistas radiales de este martes. “Y volver esta noche a la Universidad de Howard, mi querida alma mater, y poder con suerte… Reconozco este día por lo que es, realmente es un círculo completo para mí”.
El ánimo en Howard no era el mejor. Se esfumaban las chances de Harris, de vencer a Trump y su movimiento MAGA y de que una mujer sea presidenta de los Estados Unidos.
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