En las primeras seis fechas la Albirroja cosechó 5 puntos. Con Alfaro ya acumula 11 unidades en cinco partidos. “No tenemos expectativas, tenemos compromiso”, dijo el profesor.
Más allá de las llamativas comparaciones de un equipo con una mancha de humedad, con un Dodge 1500 o con el personaje de Bruce Willis en Sexto Sentido, o las citas de Aristóteles, Jorge Luis Borges, Fito Páez u Oscar Bonavena, Gustavo Alfaro ha conseguido llamar la atención en el último tiempo por los resultados que consiguió al frente del seleccionado de Paraguay. La victoria 2 a 1 sobre Argentina el jueves en Asunción afianzó a la Albirroja en el sexto puesto de la clasificación de la Confederación Sudamericana de Fútbol que, por ahora, le está dando el pase al Mundial de Canadá-México-Estados Unidos 2026.
Cinco puntos y apenas un gol había conseguido el combinado paraguayo en los primeros seis encuentros de este recorrido hacia la Copa del Mundo, los dos primeros bajo el mando de Guillermo Barros Schelotto y los cuatro siguientes, con la conducción de Daniel Garnero. Después de una paupérrima Copa América, que le costó el puesto a Garnero, asumió Alfaro. Desde entonces, la cosecha en estas eliminatorias ha sido mucho más gorda: 11 unidades en cinco partidos.
Esos 11 puntos los consiguió a pesar de enfrentar un fixture sumamente exigente: antes de derrotar al seleccionado campeón del mundo el jueves, también había superado en Asunción a Brasil y a Venezuela, y había empatado sin goles con Uruguay en el Estadio Centenario de Montevideo y con Ecuador en el Rodrigo Paz Delgado de Quito. Los tres triunfos en fila en casa representan una marca que la Albirroja no lograba en una clasificación mundialista desde hacía 16 años: había encadenado cinco entre agosto de 2007 y agosto de 2008, con Gerardo Martino como DT.
Este equipo que ilusiona a los simpatizantes paraguayos con volver a un Mundial después de 16 años (en Sudáfrica 2010, el conjunto de Martino llegó hasta los cuartos de final y cayó ante España) está compuesto por la misma base de futbolistas que no daba pie con bola en tiempos de Barros Schelotto y durante el breve ciclo de Garnero. Algunos de ellos, que eran fuertemente cuestionados, como el zaguero Gustavo Gómez y el talentoso Miguel Almirón, hoy muestran un nivel muy superior.
Entre ellos destaca Antonio Sanabria, autor del primer gol frente a Argentina en el Defensores del Chaco con una deslumbrante chilena. El centrodelantero de 28 años convirtió cuatro de los seis tantos que hizo Paraguay en esta clasificación mundialista (los otros fueron de Diego Gómez ante Brasil y de Omar Alderete el jueves contra Argentina). En sus primeros 31 encuentros con la casaca albirroja, el atacante del Torino italiano había marcado tres goles; en los últimos dos, logró la misma cantidad.
¿Qué cambió en este seleccionado paraguayo para que hoy sea oro todo lo que antes era barro? “No sé porque no estaba antes. Lo que puedo decir es lo que hacemos ahora: no tenemos expectativas, tenemos compromiso. Un compromiso absoluto con lo que representamos, con lo que somos y con lo que queremos ser”, explicó Alfaro en la conferencia de prensa posterior a la victoria ante Argentina.
El entrenador resaltó también que él y sus jugadores habían sido capaces de plantearse retos y, en buena medida, cumplirlos en estos tres meses de trabajo. “Nos dijimos: ‘Vamos a ver si somos capaces de ir a Uruguay y no perder, de ganarles a Brasil, a Ecuador, a Venezuela, a Argentina’. Fueron desafíos que nos empujaron a esta realidad”, razonó.
El próximo reto para el conjunto paraguayo será visitar a Bolivia en el Estadio Municipal de Villa Ingenio, en El Alto. En ese partido, Alfaro no podrá contar con Omar Alderete, quien sumó ante Argentina su segunda tarjeta amarilla en esta clasificación y deberá cumplir una fecha de suspensión. Eso no desanima, ni mucho menos, al DT. “Con la rebeldía de estos jugadores en la adversidad, no tengo dudas de que vamos a llegar (al Mundial). Cuando la predisposición es tan grande, el tiempo es secundario”, reflexionó el jueves.
Fuente: Clarín
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