Durante casi una hora, el Presidente habló en cadena nacional en el Congreso, rodeado de legisladores y ministros. Adelantó que vetará cualquier iniciativa que represente un riesgo para el equilibrio fiscal.
Javier Milei habló este domingo por la noche en el Congreso para presentar el proyecto del Presupuesto 2025. El discurso con el que el Presidente defendió el proyecto de gastos e ingresos para el año entrante estuvo marcado por un eje troncal: sostener el superávit fiscal. Más allá de que el equilibrio de las cuentas públicas es el punto vertebral del programa económico oficial, el mandatario dio un paso más y trasladó ese mismo lineamiento a los gobernadores.
Milei definió al déficit fiscal como “el huevo de la serpiente de todos los problemas económicos argentinos” y enumeró que a raíz del mayor nivel de gasto por sobre los ingresos se acumularon problemas de “deuda, emisión monetaria, inflación, destrucción del capital y pobreza”. “Así como el déficit es el corazón del problema, la reducción del gasto para lograr superávit va a estar en el centro de la solución”, resumió en el discurso que se transmitió por cadena nacional.
Para avanzar en ese objetivo, mencionó que “la guerra que llevamos adelante contra el gasto público y el costo argentino, se pelea en todas las dimensiones del Estado, también las jurisdicciones provinciales y municipales”. Y pidió a los gobernadores que se comprometan a reducir sus partidas en 25 puntos del PBI, lo cual requeriría, según sus estimaciones en un “ajuste adicional de US$60.000 millones”.
Si bien Milei instó a los gobernadores e intendentes a ajustar sus gastos, no detalló cómo podrían los mandatarios realizar ese ajuste de sus cuentas públicas, que ya sufrieron un duro golpe desde que la gestión actual puso en marcha su plan económico.
La relación económica entre Nación y las provincias se basa en dos grandes vías: las transferencias automáticas y las no automáticas. Las primeras son aquellas que surgen de leyes que fijan un porcentaje sobre un impuesto nacional y se reparten entre los territorios provinciales, mientras que las no automáticas responden a criterios discrecionales por los cuales el gobierno nacional asiste a las provincias para cubrir necesidades, ya sean corrientes (para financiar gastos diarios) o de capital (vinculados a gastos de inversión, obras o compras de bienes).
Los giros discrecionales fueron una de las variables que sufrió las caídas más profundas en lo que va del año. De hecho, de acuerdo a estimaciones privadas, acumularon una reducción promedio del 80% durante todos los meses del año.
“En la búsqueda del equilibrio fiscal de la Nación, una de las primeras decisiones del Gobierno al asumir fue la de cortar -prácticamente a cero- las transferencias discrecionales a provincias. En consecuencia, en los primeros siete meses del año, medidos a precios de agosto, los envíos discrecionales totalizaron $83.538 millones promedio por mes, cuando en igual período de 2023 y en la misma unidad de medida, alcanzaron a $571.244 millones mensuales. Esto es, los recursos que por esta vía llegaron a las provincias en lo que va del año no representan siquiera el 15% de los recibidos por las 24 jurisdicciones un año atrás”, analizaron en la consultora FIEL.
Pero los envíos automáticos -por coparticipación o leyes complementarias- también perdieron en el 2024, principalmente porque no lograron aumentar por encima del nivel de precios. “En el acumulado a agosto del año, las transferencias automáticas por coparticipación, leyes complementarias y compensaciones alcanzaron los $25.208.000 millones, frente a $7.965.000 millones para igual periodo del año anterior. De este modo, exhibieron una variación nominal del 217%, que se traduciría en una caída real del 14% al descontar la inflación del período”, indicaron en Iaraf.
En este contexto es que varias provincias y municipios empezaron a buscar mecanismos para mejorar sus ingresos locales, lo cual generó un fuerte enfrentamiento con Nación. Un ejemplo que podría servir a modo de pista para comprender este vínculo se observó en los últimos días, cuando la Secretaría de Comercio publicó una resolución para que los intendentes y gobernadores no puedan incluir tasas municipales en las boletas de servicios públicos, como las facturas de luz y gas.
Ahora, queda pendiente saber cuál será la reacción de los jefes territoriales y cómo seguirá el vínculo con la administración nacional, que les planteó ante el Congreso un claro desafío. “Los argentinos a lo largo y ancho del país saben perfectamente bien que por cada peso que dejen de gastar las provincias y los municipios se lo podrán devolver en bajas de ingresos brutos u otras tasas”, señaló el Presidente. Y cerró: “Nosotros ya hemos cumplido nuestra parte del acuerdo. Ahora faltan ustedes”.
Fuente: TN