Cristian Palavecino fue capturado en octubre de 2023 tras pasar seis años prófugo. En un celular que perdió, los investigadores encontraron valioso material sobre sus movimientos y logística
“Esto es TNT. Estoy con mecha lenta. Este tiene un fulminante. Se puede. Aparte se puede pedir que te preparen el… ¿Cómo se llama esto?… Los detonadores electrónicos de todas las distancias con control remoto”, dice una voz en el video que encabeza esta nota. La filmación fue extraída del celular de Cristian Gabriel “Gringo” Palavecino, sindicado jefe de “la banda de sicarios” que comanda su yerno, el capo narco Raúl “Coya” Rojas, en la provincia de Salta. El aparato se le cayó al escapar de las fuerzas de seguridad en un intento fallido por atraparlo.
Luego de permanecer prófugo desde 2017, el presunto jefe del sicariato salteño fue capturado en octubre de 2023 e imputado por privación ilegítima de la libertad agravada por el número de personas, amenazas con arma, lesiones y tenencia de arma de fuego agravada, calificación que se sumó a otras causas penales pendientes.
En el dispositivo, los investigadores hallaron valioso material sobre los movimientos y logística con la que contaba “El Gringo”, que revelaron, al mismo tiempo, su peligrosidad.
Los videos daban cuenta de su poder de fuego y el equipamiento de sus soldados, con fusiles, inhibidores de señal, chalecos, mascaras y equipos de comunicación. También imágenes de los explosivos y un interrogatorio en el que el narco, al que se puede identificar por el tatuaje de un escorpión en su cuello, atemoriza a un hombre por un cargamento perdido.
También guardaba 1400 fotos vinculadas a la Justicia de Orán, parte de un supuesto trabajo de espionaje de la organización. El hallazgo obligó a reforzar la seguridad de las fiscalías, a un mes de su detención. Sucede que “El Gringo” está encerrado en uno de los 14 pabellones del penal de Villa Las Rosas, en Salta Capital, pero sospechan que seguiría al mando de su estructura. Incluso, lo señalan como uno de los actores principales detrás del plan conspirativo que denunció en su contra el procurador Pedro García Castiella, responsable de la creación de unidades fiscales que investigan el crimen organizado en la provincia.
Un retrato que fue incautado en los allanamientos para atraparlo e ilustra este artículo, puede ser considerado como otra exhibición de su liderazgo: el narco aparece sentado en un sillón al estilo Game of Thrones con actitud desafiante. Lleva una boina y lentes negros. “El Gringo” fue atrapado cuando intentaba escapar por los techos de una de las propiedades en la que se ocultaba, ubicada en Pasaje Uspallata, entre Los Cedros y Los Sauces. Llevaba dos armas de fuego: un rifle calibre 308 con mira telescópica y culata de madera y una escopeta calibre 12/70.
Golpe comando y secuestro
En el violento asalto a la empresa avícola Abra del Sol, ocurrido el 16 de diciembre de 2022, un grupo comando se llevó 160 mil dólares y 13 millones de pesos. En el mismo participaron tres motos y un Chevrolet Onix negro que estaba a nombre de Palavecino. A ese vehículo también fue vinculado Matías Malissia, supuesto chofer del narco. En ese momento, Palavecino estaba fugitivo de la Justicia, con pedido de captura nacional e internacional por un homicidio y una tentativa de homicidio.
“Es una persona peligrosa, un asaltante, y trabaja transportando droga. Se dedica a las mejicaneadas de cocaína y marihuana y del contrabando de hojas de coca y otras mercaderías”, dijeron en esa oportunidad informantes en la causa. El Chevrolet Onix, de acuerdo a lo establecido en el expediente, también era conducido por el hijo de “El Gringo”, todavía un adolescente.
El joven fue detenido por el robo, lo que impulsó a su padre a grabar un video desde la clandestinidad para pedir por su liberación de forma pública.
“El Gringo” también fue imputado por un escalofriante secuestro. El 25 de mayo de 2023, la víctima, José “Marcianito” Rufino, entró corriendo a una casa de Orán y pidió ayuda. Dijo que lo perseguían un grupo de personas y se escondió debajo de una cama. En ese momento, ingresaron a la propiedad dos hombres con chalecos tácticos, con máscaras pasamontañas y portando armas largas.
No tardaron mucho en detectar a “Marcianito” en una de las habitaciones. “Comenzaron golpearlo, lo agarraron del cuello, lo sacaron de la casa, lo subieron a un automóvil de color blanco y se lo llevaron”, relató la mujer. Su mamá, horas más tarde, recibió un llamado de un número desconocido. Era su hijo, le pedía encontrarse en un punto de la ciudad.
Al verlo, notó que presentaba lesiones en toda su cara ,con una fractura de nariz, cortes en la frente, ceja lado izquierdo y golpes en la cabeza. “Marcianito” le contó que los hombres que se lo llevaron tenían la cara tapada y ametralladoras, que le colocaron una bolsa en la cabeza y lo esposaron para trasladarlo hasta una habitación en la que permaneció por cuatro horas.
Allí, comenzaron a golpearlo en todo el cuerpo ordenándole que le devuelvan “las cosas”. En su cautiverio, pudo reconocer “la voz de un policía” y al “Gringo” Palavecino. “No tengo nada de tus cosas, Gringo”, le suplicó. Como respuesta recibió una cacheta y una ordenen: “No digas mi nombre. Si haces la denuncia te vamos a matar a todo tu familia, a tu madre, hermano y sobrino. Te vamos a mandar en pedazos a tu sobrino”, le habría dicho el narco.
Según dijo la víctima del secuestro, logró escapar cuando lo trasladaban hacia otro lugar. Testigos que declararon en la causa indicaron que “Marcianito” habría robado dos bolsos con dólares y pesos bolivianos y argentinos que pertenecerían a la banda de sicarios. El auto utilizado para el secuestro estaba a nombre del hijo de Palavecino y en el teléfono incautado encontraron una foto de Rufino.
Un homicidio
En la madrugada del 19 de mayo de 2023, una persona entró a una guardia del hospital San Vicente de Paul y le gritó a un médico: “Si no lo atiende rápido, le voy a disparar”. Logró que un camarillero lo acompañara hasta un auto gris, en el que un hombre estaba tendido en la parte trasera. Tenía manchas de sangre en la cabeza y el rostro. Otro sujeto lo sostenía. Entre los tres lograron sacarlo del vehículo e ingresarlo al centro de salud. Pero Alejandro Avandillo no resistió y murió un mes después.
El inicio de esa secuencia, según el testimonio de Carlos Lami, uno de los involucrados, se había dado momentos antes en la casa del “Gringo”, durante la fiesta de cumpleaños de su hijo.
Uno de los invitados, que resultó ser uno de los hombres que trasladaron a la víctima al hospital, contó que salió a comprar bebidas y cuando regresó a la celebración encontró a Avandillo acostado en el piso, lleno de sangre. “A su lado, estaba de rodillas la señora del ‘Gringo’ Palavecino, tomándole la cabeza con un trapo lleno de sangre tratando de evitar que siga saliendo”, relató.
“En ese momento lo observo al ‘Gringo’ Palavecino blanco pálido y él le dice al Chino (Alejandro Romero) ‘me mandé un moco se me escapó un tiro y le pegué en la cabeza, pero está vivo ayúdenme’. Ahí es donde lo carga la mujer, el Gringo Palavecino, y el chino (hermano del Gringo) nos pide en forma enérgica que lo suban a Avandillo en el asiento de atrás del auto quien apoya su cabeza en la falda del Chino, hermano del Gringo Palavecino, y nos dirigimos al hospital”, detalló.
Los peritos que analizaron el cadáver concluyeron que Avandillo se encontraba de frente y arrodillado ante la persona que le efectuó el disparo. En pocas palabras, fue ejecutado.
En el celular de “El Gringo” hallaron fotos de la víctima ya hospitalizada. También de las recetas de los medicamentos que le administraban.
El narco Cristian Palavecino muestra explosivos
El narco Cristian Palavecino muestra explosivos
Fuente: Infobae