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¿Qué pasará en Salta?Las SAD en los clubes de fútbol: ¿una realidad inevitable o conviene un sistema mixto?

El desembarco de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en los clubes del fútbol argentino es una discusión que reflotó con Javier Milei como presidente de la Nación, pero que hace décadas es un tema a tener en cuenta para muchas instituciones del país.

Con la llegada de Javier Milei a la Presidencia, volvió a ponerse en tela de juicio la incorporación de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) a los clubes de fútbol argentinos, con su inclusión en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU 70/23) donde se autoriza a las instituciones que así lo deseen, a adoptar esta condición.

En diálogo exclusivo por Casi 90, el programa deportivo emitido por Profesional, el consultor político salteño y director de Droit Consultores, Pedro Buttazzoni, explicó las ventajas y desventajas de la llegada de capital privado a las instituciones, y planteó un concepto interesante a tener en cuenta a futuro, la posibilidad de un ‘’esquema mixto’’ que involucre las inversiones financieras, sin perder la condición social de los clubes.

Buttazzoni indicó que la ‘’inyección económica’’ en los clubes significa que estos vayan transformando sus condiciones jurídicas, pero que se determina por la votación de los socios, para que cada institución tenga la libertad de elegir si pasar de ser una asociación civil, a una empresa privada.

En ese sentido, y uno de las mayores polémicas sobre esta cuestión es ¿Qué pasará con los socios? Buttazzoni aclaró que los socios no dejan de existir ya que construyen la identidad que hace a un club y les da razón de ser en la sociedad, pero que la institución pase a pertenecer a un grupo inversor si les quita la posibilidad del voto.

‘’Si la sociedad es anónima 100%, el socio pierde el derecho de elegir comisión directiva’’, sostuvo el analista político.

Sin embargo, planteó la posibilidad de que los clubes analicen la implementación de un esquema mixto, donde haya ‘’inyección de capital privado’’ pero que parte de la administración del club continúe en manos de los socios. ‘’Así no perderían porque serían una empresa público-privada. Por lo que los clubes podrán sostener el 51% de participación social, y el otro porcentaje que sea parte de privados’’ deslizó Buttazzoni.

A pesar de esto, el consultor político dijo que no está tan clara la implementación de las SAD en la Argentina. ”Lo que no se especifica es hasta donde vos como privado podes adquirir un club. Lo que hace el DNU es permitir otros tipos jurídicos dentro de los clubes, pero no delimita un porcentaje de hasta dónde se los puede comprar o tomar acciones’’, sostuvo.

Con respecto al rol social que cumplen los clubes en argentina, el temor ante la llegada de las SAD se manifiesta en que pasará con ciertas disciplinas a la hora de no dar réditos económicos o que no sean rentables para los grupos inversores. Hay ejemplos de clubes gerenciados que han cerrado sus puertas o han suspendido disciplinas porque no eran redituables. En estos casos, fue fundamental el accionar de los socios para recuperar dichas actividades, que a veces no ofrecen ganancias, pero si oportunidades para miles de jóvenes deportistas que encuentran en una disciplina un lugar de contención y dedicación.

‘’Sería lamentable que los clubes pierdan su esencia y ese rol fundamental en nuestra sociedad, característica del país, donde brindan no sólo espacios de contención, sino de educación y una vida sana’’, agregó el consultor político.

 

Sabemos que, a diferencia de las asociaciones civiles sin fines de lucro, las SAD tienen fines lucrativos, por lo que buscan ganancias y beneficios individuales. Actualmente, los organismos que nuclean el deporte en nuestro país, como la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), prohíben la afiliación y participación en sus torneos a un club que se convierta en una sociedad anónima. Es decir, para que un club pueda ser admitido dentro de la AFA debe organizarse jurídicamente como asociación civil. Sin embargo, el DNU cambia 2 aspectos claves con respecto a esto.

En primer lugar, la nueva norma señala que las diferentes organizaciones rectoras del deporte en nuestro país no podrán “impedir, dificultar, privar o menoscabar cualquier derecho a una organización deportiva, incluyendo su derecho de afiliación a una confederación, federación, asociación, liga o unión”. Es decir, las organizaciones deben modificar sus estatutos para permitir la afiliación de un club que sea SAD.

En segundo lugar, el DNU obliga a todas “las asociaciones, federaciones y confederaciones deportivas” a cambiar sus estatutos dentro del próximo año y a “adecuarse a los términos previstos por aquel”.

En ese sentido, el Gobierno informó que, a partir del 1° de noviembre, los clubes del fútbol argentino podrán convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) y permitirá de esta forma, el ingreso de capitales privados. A través de un decreto de la Inspección General de Justicia (IGJ), se aprobaron modificaciones para registrar públicamente sociedades y entidades civiles.

¿El Gobierno necesita el ejemplo en algún club grande del país que las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) realmente benefician a su vida institucional? ¿Qué pasará con los clubes más pequeños que no llegan a fin de mes para pagar los sueldos de sus trabajadores (jugadores, cuerpo técnico, dirigentes, empleados)? Sin dudas es un tema que mantiene en vilo el rol social de miles de instituciones del país.

Sin embargo, Buttazzoni aseguró que las SAD ya son una realidad en nuestro fútbol, y que en algunas instituciones de gran peso tanto político como deportivo sólo falta transparentar esta condición jurídica.

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