España decidió no participar en la toma de posesión de la nueva presidenta de México “a ningún nivel” después de que no se incluyera al rey en la invitación a la ceremonia. Claudia Sheinbaum explicó en un comunicado que la decisión se debe a que Felipe VI nunca respondió la carta del saliente Andrés Manuel López Obrador en la que se reclamaba que la corona española pidiera perdón por las masacres de la conquista.
Por su parte, en su habitual rueda de prensa, el mandatario mexicano saliente aclaró que las diferencias de su administración, que culmina este mes, se tienen con la monarquía de España y no con la población del país europeo.
“Estamos hablando de diferencias con la monarquía española, a la que se le solicitó, se le pidió de manera respetuosa, que ofrecieran una disculpa a los pueblos originarios, a los pueblos indígenas de México, por las atrocidades cometidas durante la invasión europea a nuestro país y no hubo respuesta”, indicó López Obrador.
Además del rey, que es quien acude a las tomas de posesión de los presidentes latinoamericanos, estaba previsto que acudieran el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.
El otro frente polémico en las relaciones entre España y el gobierno de López Obrador ha sido la presencia de las compañías españolas en el país, especialmente la energética Repsol, a la que acusó en junio de 2019 de lucrarse a costa de licitaciones otorgadas por el Gobierno mexicano desde 2003. “A mí no me paga Repsol, me pagan los mexicanos”, aseguró entonces.