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Catalina PeñaLa abuela de Loan cree que su nieto está vivo: “Le pido a Dios que lo devuelva porque ya no está en Corrientes”

Catalina Peña, la abuela de Loan, reza todos los días para que el nene aparezca. Foto Marcelo Carroll

Catalina Peña, de 86 años, dice que sueña todos los días con el nene de 5 años, desaparecido y que lo ve “entre Brasil y Paraguay”.

No cree en la versión del accidente y tampoco quiere opinar sobre si su hija Laudelina está implicada en el caso.

Catalina Peña (86) tiene su propio rito: antes de acostarse, todas las noches se sienta frente a su altar repleto de santos a orar con un pedido que reitera, que es incansable. Le dice a Clarín que reza para que vuelva Loan Danilo Peña (5), su nieto desaparecido de su campo el 13 de junio: “Yo sueño todos los días con él, soñé que estaba bien. Lo sueño entre Brasil y Paraguay, pero le pido a Dios que lo devuelva porque ya no está en Corrientes”.

Con su pañuelo rojo en la cabeza, cruzada de brazos para mitigar el frío en su casa en El Algarrobal –a las afueras de 9 de Julio– Catalina se acerca a hablar con el equipo de Clarín. Un poco negada a ser fotografiada, dirá que por cansancio y por angustia, la madre de José (56) y Laudelina (45) asegura que su nieto Loan está con vida.

“Ya se tuvo que encontrar a Loan por algún lado, no lo encuentran ni muerto ni vivo, me dicen: ‘Puede ser un puma el que se lo comió’. Pero, ¿dónde van a encontrar un puma en estos montes? Yo creo que está bien. Tengo la pieza de mis santos, me siento ahí y hablo con ellos, cuando me voy a acostar les digo: ‘Denme fuerzas, poder, para que viva más tiempo y logre tenerlo a Loan devuelta conmigo’. A San Antonio le pedí ayer, le dije: ‘Mirá a la distancia que está de nosotros'”.

Su última frase hace referencia a su sueño recurrente: lo ve a Loan en Brasil o en Paraguay, al cuidado de un matrimonio.

Dice que está afligida, no solo por no tener rastros de su nieto, sino además por la noticia que el fin de semana sacudió a todo el pueblo, la detención de su hija Laudelina.

Laudelina Peña, al salir de su casa antes de declarar en el juzgado federal y ser detenida. Foto Fernando de la Orden

“De Laudelina no sé nada, solo me dijeron que la llevaron presa a Ezeiza, lejos, para que nadie de la familia se vaya a verla, pero ahí hay familia. Tengo hijos ahí, cuatro viven en Buenos Aires. No sé yo el motivo de lo que pasó con ella. Primero la llevaron a Corrientes, luego a Goya y ahí la detuvieron. No hablé más con ella desde que se fue, estuvo una semana buscando a Loan acá conmigo. Ese día que se fue a Goya, una parienta de Buenos Aires me hizo saber que la llevaban a declarar, y luego José me dijo que la llevaron a Buenos Aires”, comenta Catalina.

La mujer de 86 años tuvo nueve hijos en total, de los cuales tres ya fallecieron. De los que están con vida, Catalina dice que Laudelina es la más cercana. Siente su ausencia y le pesa no poder visitarla.

“Nadie me va a atender ahora, no tengo más atención, por ahora los policías están día y noche, se relevan. Laudelina siempre venía, conversábamos, tomábamos mate. Estaba pensando en pedir para cuidar a mis nietos y hacernos compañía, pero me dijeron que no lo van a admitir porque hay asistentes sociales al cuidado de ellos”, expresa.

Desde la detención de Laudelina en el Complejo Penitenciario Federal IV de Mujeres de Ezeiza tras su imputación por “sustracción, alteración de evidencias del caso, ocultamiento de Loan y por tener un rol activo en esos delitos”, su hija Macarena Peña (21) es testigo protegida y quien se está haciendo cargo de sus dos hermanos menores en el hotel de 9 de Julio, acompañada por la Asociación Lucio Dupuy. Catalina tiene mucha preocupación al respecto.

Le inquieta no poder comunicarse con Macarena, ya que desde el allanamiento a su casa días atrás se le retiró el teléfono celular: “Me lo quitaron esa noche, me rompieron la puerta, un desastre. Revisaron hasta abajo de mi cama, les dije: ‘¿Abajo de mi cama cómo va a estar la criatura? No es un perro, ni un gato, ¿por qué no van a buscar a los montes?’. Hallaron lo que querían y se fueron”.

Camila Núñez desconfía de todos los que estuvieron en el almuerzo. Foto Fernando de la Orden / Enviado especialCamila Núñez desconfía de todos los que estuvieron en el almuerzo. Foto Fernando de la Orden

Catalina no cree en la hipótesis del accidente, queda claro por su fe en que Loan está “con vida, pero fuera de Corrientes”. Ante la consulta de si Laudelina puede ser culpable de algo no responde ni sí, ni no. Solo se limita a decir que ella tiene que volver con sus hijos.

“A Loan lo veo con una familia. Por eso digo que a Laudelina la tienen que devolver con sus hijos, que los críe, y que la gente que queda tenga que cumplir la condena. Nuestros hijos no necesitan otra madre, la madre es más que el padre”, agrega.

También confiesa que teme que luego de la detención de su hija, cualquier día vengan a buscarla a ella y la saquen de su casa.

“Mañana me pueden venir a buscar a mí también. Por eso no quiero hablar ya, ni que vengan las cámaras, estoy demasiado mal, encima que soy vieja… ya no sé más de este caso”, dice.

Aclara que no escuchó nada acerca de las declaraciones que hizo Camila Núñez (24), la esposa de su nieto Diego Peña. La joven, que tiene una hija de 7 años y que está viviendo en el mismo hotel que Macarena, también es testigo protegida desde que desmintió la versión de “accidente” planteada por Laudelina en su declaración ante la justicia provincial. Ha dicho a Clarín recientemente que desconfía de todos los que estuvieron presentes en la mesa del almuerzo del 13 de junio.

Salta el nombre de María Victoria Caillava (52), la ex funcionaria municipal de 9 de Julio, “su prima”. Dice que le sorprende su incriminación en el caso, pero reitera que a Carlos Pérez (62), el capitán de navío retirado, no lo conoce casi nada y no puede decir lo mismo.

“Laudelina la invitó a Victoria, porque me dijo que ‘tres gallinas no vamos a comer todo nosotros solos’, todo fue por una promesa que yo le hice a San Antonio para que me recupere el celular”, recuerda.

Catalina conserva su fe acerca de Loan mientras continúa cuidando de su altar, haciendo preparativos para el día de la Virgen de Itatí.

“El otro día vino el cura (consultada, afirma que es el párroco Cristian González) y me dijo que la iba a llevarse la imagen de la virgen que tengo para mandarla a arreglar, porque está medio viejita. Me dijo que iba a venir el 20 de julio a hacerle misa, falta poco, y ojalá Loan aparezca antes de ese día”, concluye.

 

Fuente: Clarín

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